Por Lara Justo
¿La Inteligencia Artificial llegó para quedarse? ¿Pondrá en juego todos nuestras capacidades humanas poniendo en peligro nuestras vidas? Estas preguntas preocupan a referentes mundiales en el área.
En esta ocasión Roberto Curri, docente de la Universidad FASTA y asesor en comunicación y marketing, nos da su punto de vista sobre el crecimiento exponencial de la inteligencia que pone en vilo nuestra capacidad de reconocer lo real. “Esta es la nueva post verdad, donde el verdadero problema, estaría en dejar de cuestionarnos todo”.
“Hasta este momento el impacto que tenían las fake news era sobre el texto, no era mucho más que la construcción de noticias falsas redactadas de manera tendenciosa y muy alejados de la realidad”. A partir de la vorágine de la difusión de contenidos en redes sociales, estas informaciones falsas llegaban rápidamente a públicos muy susceptibles de convencerse de que esos datos que recibía eran reales. A través de la segmentación por redes sociales de fake news se ha logrado influir en la campaña política de Donald Trump, favoreciendo a su triunfo en 2017.
En cambio, la inteligencia artificial conlleva la construcción de imágenes nuevas, falsas, que no tienen ningún tipo de verdad. “El problema acá es que esta nueva tecnología va a volverse tan compleja y tan sutil que en algún punto va a empezar a ser indistinguible de qué es lo verdadero y original a lo qué es creado bajo la inteligencia artificial”. Roberto cuenta un ejemplo muy llamativo, “los meta humanos”, donde una versión digitalizada de un rostro humano puede ser modificada y animada, a gusto de la Inteligencia Artificial. Esto empieza a poner en juego nuestra propia identidad y nuestro derecho de imagen.
Un paso más adelante en los efectos de esta tecnología, podemos inferir en la aparición de una nueva profesión, la cual se encargue de diferenciar aquellas imágenes alteradas por la IA, y aquellas orgánicas ¿Cuánto tiempo tomará esto? ¿Veinte años? Esto pasa con las imágenes y nuestro sentido de la vista, pero hay que tener en cuenta que estos sistemas inteligentes pueden empezar a confundir a nuestro olfato, gusto, o tacto, donde será mucho más difícil detectar el origen del estímulo.
“Santiago Bilinkis planteó que el metaverso no es un espacio sino un momento y el momento del metaverso va a ser cuando no se pueda distinguir lo construido por inteligencia artificial de lo que existe de manera natural.” Según Bilinkis y Curri, este es el punto en el cual empezarán los verdaderos conflictos. Cuando dejemos de cuestionarnos si lo que tenemos frente nuestro es “real”, seremos completamente manipulables por cualquier estímulo producido por la Inteligencia Artificial.
Roberto también nos deja una reflexión en medio de un año electoral en nuestro país: “Imagínate una campaña sucia en donde se generó una imagen de un candidato realizando una actividad ilícita. Alguien va a tener que determinar la veracidad de esa imagen, pero en el mientras tanto, la repercusión en la opinión pública ya se generó”. Esto puede cambiar la carrera política de un candidato, alterar los resultados de las encuestas y derribar la imagen de un potencial gobernante. Es importante considerar lo que puede llegar a suceder con ejemplos concretos de nuestra realidad y nuestra vida cotidiana.
De este modo también lo ve el escritor Yoval Noah Harari, haciendo hincapié en el peligro que supone para las democracias y la cultura. “La democracia es básicamente conversación, personas que hablan entre sí, y si la IA se apodera de la conversación, se acabó la democracia”. También advirtió en una entrevista para el medio británico The Telegraph que “”es la primera tecnología de la historia que crea historias”, y profundizó luego en su argumentación. “La nueva generación de IA no se limita a difundir los contenidos que producen los humanos, puede producir el contenido por sí misma.”
Para Curri es importante encontrar el aporte humano en estas tecnologías. “¿Es la creatividad? Si la inteligencia artificial ya es creativa, ¿dónde queda el aporte? ¿El diferencial? ¿El desarrollo humano dentro de la profesión?” Este es el mayor desafío que tenemos los comunicadores y los profesionales en todas las áreas.
“De lo que estoy convencido es de que no hay que dejarse ganar por el miedo y negarse a algo que está sucediendo, sino que hay que investigarlo, interactuar, meterse, hay que probar hasta qué punto nos da respuestas o qué evolución tiene. Creo que como profesionales de la comunicación es absolutamente imperativo estar ahí.”